Y yo me pregunto ¿Por qué debería la vida preocuparse por nuestras ansias de encontrarle un significado?, ¿dónde está el problema?, precisamente en la total y absoluta ausencia de sentido se nos ofrece la oportunidad de diseñar nuestro propio proyecto vital y desarrollarlo hasta sus últimas consecuencias. En otras palabras, re-conocer que nosotros creamos el sentido de la vida y asumir la responsabilidad que ello conlleva. Desde esta hipótesis, los existencialistas estarían en lo cierto al afirmar la no-existencia de sentido en la vida pero también lo estaría el religioso que afirma encontrarlo en Dios o el artista que lo encuentra entrgándose por entero a su obra .
Pero no confundamos esto con la impostura o el simulacro . El afirmar que el sentido de la vida es X, debe suponer un compromiso auténtico con ese X, debe ser nuestra creencia auténtica en que ese X es , en efecto, el propósito vital . Y no porqué simulemos creérnoslo sino porqué cuando decidimos que tal o cual cosa es lo que da el sentido a la vida, realmente estamos creando ese sentido y pasa a ser tan real como lo era antes su ausencia, …de la misma forma que el dibujo pasa a existir en el momento que lo trazamos sobre la página en blanco. No se trata desde luego de una tarea fácil, pero ¿acaso existe una tarea más noble?.